18 Ago YO CREO

Yo creo en el alma, creo en las vidas pasadas, creo en la reencarnación. Creo que hemos vivido cientos de vidas antes que esta. Creo en las almas jóvenes y en las almas más viejas (que no tiene que ver con nuestra edad). Creo que nuestra alma vuelve a la tierra con un contrato que hizo antes encarnar, con propósitos y tareas específicos para nosotros, para aprender y evolucionar. Creo que el propósito mayor de nuestra alma es trascender, osea no volver al planeta tierra, ser tan libre y completa que ya no necesita regresar a “trabajar” más como ser humano.
Creo que elegimos a nuestros padres, a nuestra familia, y nuestras relaciones desde antes de venir, porque sabíamos que iban a ser el espejo que necesitábamos para nuestras tareas. Creo en relaciones que son de otras vidas que se repiten, y creo que a veces las reconocemos, como cuando conocemos a alguien que sentimos que “ya conocemos”, personas que se ven muy familiares o que nos vienen a mover “todo”.
Creo que venimos a esta vida a aprender, a trabajar en todos esos propósitos que sepamos o no son como la agenda escondida de nuestra alma. Creo que la vida nos pone pruebas para crecer, para ser consientes de nuestra sombra y vernos cara a cara con el trabajo que nos toca hacer.
Creo que si no pasamos esas pruebas se van a repetir una y otra vez de vida en vida, de una u otra forma ya que la única misión de nuestra alma es que aprendamos y evolucionemos a distintos estados de consciencia, para vivir más en sintonía con nuestros corazones y nuestro propósito.
Creo que nuestra alma tiene un propósito muy claro, y que a lo largo que nuestra vida (y/o vidas) nos vamos viendo atraídos o llamados a ciertas cosas de manera que eventualmente lleguemos a este propósito, nada de lo que nos interesa o llama la atención es casualidad.
Creo que nuestra mayor tarea en la vida es escuchar esos deseos de nuestra alma, ese llamado y ese propósito, saber escuchar y reconocerlo para poder traerlo a la realidad y dedicarnos a él. Creo que cuando lo reconocemos, es imposible negarlo y siento que es responsabilidad de cada uno encontrarlo y ejecutarlo. En es ese momento donde hemos encontrado la clave de nuestras vidas, nuestra brújula, nuestra misión, la manera de crear más valor y poder ayudar a los demás, que en mi opinión es el fin más grande del ser humano.
Creo que es de esa forma en la que nos vamos a sentir realmente plenos, fluir con la vida, viviendo felices y en sintonía con todo lo que somos, con nuestra verdad. Creo también que esa es la forma donde podemos ser más “magnéticos” y vibrar de tal modo que podemos manifestar y traer a la realidad todo lo que soñamos. Toda la abundancia y prosperidad de la vida la podemos atraer cuando vibramos alineados a nuestra esencia, a nuestra luz, a nuestra verdad. Para mí esta es la forma en la que creamos nuestra realidad.